lunes, 7 de abril de 2008

ADIOS A LAS CHELAS... ¡MIENTRAS QUE CREZCO!

El partido Alternativa Socialdemócrata está en el centro del escenario por dos causas: la primera es su propuesta de aumentar la edad en el consumo de alcohol como medida precautoria para jóvenes ante el riesgo de alcoholismo. La segunda, Patricia Mercado, excandidata presidencial y ahora expulsada del partido al que le dio vida por su participación en la competencia ejecutiva, ha dividido opiniones entre la comunidad estadista.
El proceso de una reforma desde su concepción hasta su aprobación, puede tomar tramos de tiempo largos –recordemos las eternas reformas estructurales- o inmediatos, como la reforma del ISSSTE. El hacer que la edad margen para el consumo de alcohol aumente, puede ser considerado como un pretexto de ocio para los diputados que no se plantean reformas fácticas. Esta queja es una eterna acompañante en el pensar general de la masa mexicana.
El alcohol en el mundo
El ejercicio de la globalización exige a México ajustarse a los procesos que viven otros países. En Estados Unidos, la edad mínima para consumir alcohol es veintiún años. En Europa, la edad esta entre los 16 y 18 años de edad. La BBC publicó un artículo donde expone que el alcoholismo juvenil es un problema que junto con otros –tabaquismo, obesidad- se van turnando y reemplazan la existencia de uno u otro.
En Rusia el problema del alcoholismo juvenil es atacado con alcohol mismo. Vladimir Medinsky, presidente del Comité Económico Duma´s y miembro de la parte Pro-gobierno Ruso Unido, acepta que en el helado país se vive un problema de consumo excesivo de vodka y que la solución que han encontrado, es vender la idea comercial de la cerveza, no como producto, sino como estilo de vida. Lamentablemente, la cerveza afecta de igual manera que el vodka y son los grupos minoritarios, quienes sufren las consecuencias.

Bebidas Baltic enturbia aún más la situación. La compañía rusa, número uno en ventas alcohólicas, patrocina a equipos deportivos de hockey, judo, boxeo, fútbol, entre otros; estampando en las playeras su marca y saturando los centros deportivos de anuncios que promueven una cultura glamorosa del consumo de alcohol. La situación encrudece. Medinsky señala que la cerveza es considerada una bebida suave y no existen restricciones comerciales como para el vodka, a quien se han prohibido inclusive, los comerciales de tv nocturnos. Las mezclas de cerveza y vodka son muy populares, “vodka sin cerveza es dinero gastado por nada”, por lo que la idea original de sustituir una por otra, es inútil; y no importa si se legisla el aumento de edad para el consumo, mientras los jóvenes se las ingenien para poner una mano sobre el dispensador de cerveza, todo está bien.
En México la situación no cambia, es el mismo problema pero en diferente contexto cultural; en vez de vodka, se consume tequila, y las medidas precautorias inmediatas, corren a cargo de las empresas cerveceras –entiéndase grupo Modelo, dueña de la famosa cerveza Corona- y de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP).
Pequeñas medidas, gran problema
En los noventas, un programa de precaución muy sonado era “conductor designado”. Consistía en que uno, dentro del grupo de amigos citados a beber, sería el encargado de transportar a sus compañeros de farra y el tendría por obvias razones prohibido beber alcohol. Este programa sobrevive pero solo en las conciencias de abstemios responsables.
El alcoholímetro es la novedad en la Ciudad de México. Los retenes abundan los fines de semana en avenidas muy concurridas como Insurgentes y sus similares. Su procedimiento es simple: si rebasas el umbral permitido, te detienen sin ningún miramiento; tu coche va al corralón y tú, a los separos. Los datos publicados por la SSP destacan la aplicación de 698 jornadas divididas en 99,697 pruebas realizadas; de las cuales, 23, 404 han resultado positivas. El resultado global de este programa expone un promedio de 95.3% hombres infractores contra un 4.7% de mujeres.
Me gusta beber, ¿Qué hago?

Las semblanzas de vida no se hacen esperar en esta sociedad donde proliferan grupos de apoyo a jóvenes con problemas de alcoholismo. AA como organismo independiente al gobierno, ha marcado la pauta en la cultura popular de salud a nivel mundial y dentro del organismo ocurren situaciones como la siguiente citada.


“Estoy saliendo adelante gracias al Programa de Recuperación AA. Asisto al Grupo y cuando conozco jóvenes les comparto mi experiencia. He aprendido que nunca es demasiado tarde ni demasiado temprano para dejar de beber, para cambiar y darse la oportunidad de vivir plenamente. Mi primera borrachera fue a los catorce años, con doce compañeros de clase pasamos un fin de semana en la cabaña de uno de ellos, preparamos una mezcla de alcohol de caña con agua de fresa, sabía feo, pero de repente sentí un extraño calor en el cuerpo y me sentí bien. Tomé todo el día, mis preocupaciones, complejos y soledad desaparecieron. Al día siguiente sentí mi primera resaca. Mis amigos se sentían peor y me decían: ´aguantas mucho bebiendo´, haciéndome sentir como un héroe, y eso me gustó”.
Este es solo resumen de los muchos testimonios peroratados dentro de AA. Las puertas de muchos de ellos se encuentran abiertas las 24 horas –el alcohólico tiene su mayor actividad en la noche y madrugada- y para encontrar uno, no hace falta caminar mucho, se encuentran esparcidos por sectores en casi todo el Distrito Federal. Sin embargo, hay una oficina central donde el civil acude, a manera de denuncia, para pedir atiendan a un pariente, amigo. Ellos, de manera inmediata, trabajan mandando a un “embajador” del grupo más cercano al domicilio del individuo y lo invitan a cambiar (1312-7299 teléfono de Oficina Intergrupal AA).
Consumo Responsable (consumoresponsable.com.mx) es un programa de comunicación implementado por el Grupo Modelo en México. Trabaja de manera somera; pretende crear en adultos y jóvenes maneras saludables de consumir alcohol mediante pequeñas campañas visuales y apoyos –económicos y publicitarios- a las actividades promovidas por las autoridades.
Hasta los 21.
En fechas no recientes, encontré en Insurgentes –cerca del Hiperlumen donde murió la actriz Viridiana Lazareno en un accidente por alcohol- al pequeño actor Carlos Padilla (Voces Inocentes) fumar un cigarro tras otro, junto con un grupo malvado de juniors.
Esto me hace preguntar y dualmente aseverar: Las adicciones líquidas o químicas, con legislación o no, siempre estarán en la mano del famoso o ser ordinario. ¿Quién será el político ocioso que aprobará la ley de edad para ser alcohólico? ¿Qué se necesita para que la juventud, si bien no se aleje de los vicios, aprenda a vivir con ellos? La magia de las adicciones está en la tranquilidad momentánea de quien las acostumbra.Hará falta pues, sentarnos como sociedad unida, olvidarnos de las fragmentaciones sociales y capitalistas –también políticas- y pedir a Andrés Roemer que nos ayude a pensar –que conste que la invitación se le extiende por el tipo de programa que conduce- y dilucidar el camino a seguir. No importa que sea el más limpio –libre de drogas-, pero sí que sea el más generoso. Si no puedes con el enemigo, únete a él.

1 comentario:

Marc dijo...

Muy buen planteamiento de los datos, el caso presentado nos dibuja más el problema y la realidad del alcoholismo.